No sé como terminará la cosa en esta nueva Isla de los Nominados, pero si estoy seguro que si mantiene un tono parecido al primer programa será divertido, entretenido y logrará su objetivo: fidelizar al público en la noche de Cuatro. Y es que esta isla da una vuelta de tuerca a los realities e incluye personajes extravagantes que llegarán al corazón del espectador: el callista de los famosos, la escritora, la vieja gloria de la farándula -acompañada de su hijo, por cierto-, el legionario, la ex-alcaldesa madre de familia, el creador de sopas de letras, el minusvalido gallego, la guapa ingenua y la actriz porno, la especialista en realities, el perro flauta y tantos otros.
Personajes tan surrealistas como veraces, que te obligan a reír en su intento de ganar al público al otro lado de la cámara; siempre con el miedo a la nominación. Así debe ser todo reality. Claro, que esta isla esconde algo más: el mundo ha sufrido una catástrofe épica y ellos son los únicos supervivientes. No lo saben, siguen concursando esperando enriquecerse o saltar a una fama efímera. Y es esa catástrofe lo que da la vuelta de tuerca necesaria a la serie para recordarnos que estamos ante una nuevo producto de Guridi (Camera café). Una serie diaria (de lunes a jueves a las 21,30h) que recupera alguno de los protagonistas de su predecesora y se enriquece con nuevos venidos de la factoría de Muchachada Nui: Daniel Cimas -ingenuo, amoroso, el amigo que todos querríamos tener y manipular- y Carlos Areces -como siempre genial, histriónico su romance con Cuco-.
Esta serie viene a reírse de la telerealidad con sus guiones absurdos, rápidos, escatológicos y hasta subidos de tono. Se pone por bandera lo políticamente incorrecto y te obliga a sonreír -y carcajear- con el más sórdido de los chistes. Ha comenzado bien, habrá que seguirla y ver como se desarrolla pero, junto al Hormiguero, puede ganar la franja horaria para una decaída Cuatro.
