Cuando uno se mete en bibliotecas y archivos, en ocasiones, se encuentra con cosas que no espera. Eso me ha pasado recientemente con la revista Bentley, editada por Dickens y que tanto revuelo ha levantado entre la prensa cultural. Quizá por eso, en estos días, me haya acordado de un suceso que, en su momento, pasé de largo pero que hoy cobra relevancia. La de un vecino de la ciudad Joseph Fisher Danza, según su partida de bautismo, es hijo de la gaditana Catalina Danza y de un tal Joseph Fisher.
Este Fisher no sería más que un norteamericano cualquiera si no fuera por ser uno de los asistentes de Ulises S. Grant en su visita a Cádiz de 1878. O así se sobreentiende de una carta manuscrita (conservada junto a otras enviadas a Julián Fernández) de Joseph solicitando quedarse en la ciudad y que me apareció de casualidad, junto a otras, en el interior de una obra que nada tenía que ver: una recopilación botánica de inicios del siglo XX. En ella, el soldado se mostraba seguro de que iba a quedarse en la ciudad. Es cierto que su nombre no aparece entre los acompañantes del ex presidente pero, o bien lo hacía, o bien escribe la carta con el objetivo de mostrar ante la burguesía gaditana que contaba con su simpatía.
Por azares del destino, ha llegado a mis manos junto a otras cartas que su hijo envío a Julián Fernández, amigo de su padre y su abuelo con los que habría tenido tratos comerciales tanto en Cádiz como desde su Huelva natal.
Sea como sea, quizá más lo segundo que lo primero, lo interesante es que Julián Fernández (cuya biblioteca he tenido la suerte de catalogar ayudando a sus familiares) conservaba una variopinta correspondencia y no pocas eran de su amigo Alexandre Danza. Por ejemplo, pidiéndole que tutelase a Joseph Fisher su nieto, nacido en Estados Unidos y que iba a comenzar un viaje de estudios por Europa.
Y aquí es cuando la historia da un giro curioso. Nacido ya en Pensilvania y siguiendo los pasos de su padre, Joseph estudió en el Jefferson Medical College (Esto lo he colocado mucho después, ya que la figura me ha resultado divertido estudiar: que me gustan los americanos que te dejan cosas como este repositorio: https://jdc.jefferson.edu/jmcrecordsbooks/2) y terminó ejerciendo de médico del ejercito de Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial.

Entre las cartas encontradas, Julián le comentaba a Alexander que había tirado de contactos (el amiguismo siempre ha existido) para conseguirle un trabajo a su tutelado y que, aprovechando sus conocimiento de inglés y alemán, más su más que digno castellano (sic), trabajaría en diversas editoriales traduciendo artículos para las colonias inglesas y americanas de la ciudad. Reconozco que no he logrado asignar ningún artículo de la Revista Médica a nuestro protagonista, pero también es complicado seguir el rastro de este tipo de literatura gris. Pero sí he podido comprobar la existencia de una traducción de Los de Seldwyla, una serie de relatos de Gottfried Keller (os dejo enlacito a wiki, que yo ni idea de quién era).
Se ve que en estos primeros tiempos, Joseph no firmaba sus obras, o bien se sentía inseguro. Por ahora, lo poco que he podido localizar, y en muy mal estado, es una obrita de tono satírico jocoso y un poquito «verde» que también se conservaba en casa de mis amigos. Firmada por Jose Danza, parece que se trataría de nuestro objeto de investigación, pero usando el apellido de su madre. Curioso ya que es sabido que en Estados Unidos no se utiliza este segundo nombre familiar.
Este artículo lo voy modificando según encuentro información del joven, aburrido que está uno, así que vete a saber cómo acaba su vida. Mientras sigo buscando más referencias a las obras que, según las cartas, tradujo este ¿autor gaditano?