Pero me da pena que llueva estos días. Porqué sé que hay mucha gente que ha trabajado a lo largo de todo el año para esta semana. Personas que, sin tan siquiera haber pisado las tablas del Falla, han perdido tardes y noches preparando un repertorio para cantar en la calle a todos esos que quieren escucharlo. Porque sé que hay muchos que viven con la ilusión de disfrutar estos días. Gente que prepara con esmero su disfraz para que sea original y divertido.
Y aunque ahora el sabado de carnaval ya no sea lo que fue, no es menos cierto que aún guarda algo de su esencia. Esencia que se recupera el domingo y el lunes de coro. En el carrusel de ilegales del Pópulo, y cada rincón de Cádiz donde un romancero se paré a contar sus historias. Por eso, espero, que aunque no sea yo quién esté el sábado en la calle, el agua respete tantas ilusiones.