El desarrollo tiene muchas caras. Un proyecto nacido bajo la premisa de favorecer en riego en una zona puede convertirse en un motor económico y ecológico de la región. Un claro ejemplo de este motor vitalizador son los “pons”, lagos artificiales que se están construyendo en toda la India que pueden visualizar en el vídeo que acompaña hoy esta entrada (con nosotros en él, cosas del directo).
La construcción del pons conlleva la reforestación de los límites del lago, favoreciendo la creación de pequeños bosques y el mantenimiento de los márgenes y, con ellos, la recuperación de especies animales y vegetales. Además, la construcción del lago conlleva favorecer la permeabilidad del suelo, que permite que los acuíferos subterráneos se regeneren aprovechando las lluvias caídas, mientras que la previa impermeabilidad de los suelos lo impedía. Así el pons cumple una doble función: dota a la comunidad de agua para el regadío (en superficie) y para el consumo familiar (acuíferos).
Las necesarias obras de infraestructuras para el regadío ha llevado en muchos lugares a la creación de Juntas de Regantes, donde el “pacha” (alcalde) es la figura principal. Se logra así un segundo aspecto de desarrollo: el avance y fortalecimiento del asociacionismo local, y la defensa de los derechos que le son propios. No solo de los “regantes” o agricultores, pues los beneficios del pons afectan a toda la comunidad. En el caso mostrado en el video, el agua extraída del subsuelo a través de “tanques elevados” permite que las viviendas de la zona tengan agua durante dos horas cada cinco días. Desde nuestro primer mundo, donde solo con elevar el mando del grifo tenemos agua a cada momento, resulta complejo entender el avance que esas dos horas suponen pero podemos asegurarle que la mejora en las condiciones de vida de la población local es absolutamente alentadora para continuar trabajando en estas obras hidráulicas.
Obras que, por supuesto, conllevan una mejora en la agricultura, ya que permite el riego en zonas donde antes era impensable ante la sequía que acucia la zona. Se une un segundo aspecto. La recogida de limos de los fondos secos que, usados como fertilizante natural, han permitido el aumento de la producción en un 45% en tan solo 3 años.