Bailábamos en la Salsa, donde la música era latina. Y bebíamos. Antes y después de entrar. Pero más antes. En las maderas de la playa cantábamos canciones infantiles, riendo como solo el alcohol permite. Y de ahí, entonados a las carpas. A la Salsa, sí, pero pasando por la Keops. Y fue allí donde todo ocurrió. Saltábamos, más que bailar y, en algún momento, alguien me señaló la obviedad:
-Tío… te faltan los cristales.
-¿Qué dices, illo? Si yo veo perfectamente.
-Es verdad… es verdad… te faltan las gafas….
-¡Coño!- grité echando las manos a la cara.
Y allí no estaban las gafas. Supongo que, por un ataque de ansiedad, me lancé al suelo en busca de mi necesario complemento. Y así, a cuatro patas, fui recorriendo la sala. O, más bien, la parte cercana a mis amigos. Y allí estaban mis gafas y algo más.
-¡Ostras! he encontrado un DNI….. ¡ALAAAA! ¡Si es el mío!- grité mientras me subía la montura con el dedo índice.
-¿Para qué te pones las gafas?- preguntó uno mientras bailaba entorno a una maceta.
-Para ver mejor.
-Tío, te faltan los cristales.
-Eso ya lo has dicho –dije intentando averiguar como mi DNI había salido de mi cartera para llegar al suelo.
-No tío, antes te faltaban las gafas, ahora los cristales. ¡Prueba y verás!
Probé. Y, un poco más, me saco los ojos. Yo solito, sin ayuda de nadie. Con mis dedillos propios.
-Tío, es verdad… me faltan los cristales.

me acuerdo de aquella noche……jajajajajajaa
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Que conste que solo he contado mi \»estado de animo\» y no el del resto, jajaja
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¿Por qué sacas una foto de mis gafas?
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¡Anda es verdad! tu tenías unas iguales o casi
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