Mi amigo Lacueva en la tuna se convirtió en el Visir de Cádiz, y con la tuna ha viajado por casi toda España y es conocido en casi toda ella. Y ha tenido percances en muchas partes de ella. Recuerdo una llamada de teléfono, sobre las cuatro de la mañana:
-Si- por supuesto con voz de dormido a esas horas
-Estoy perdido-una voz llorosa al otro lado del teléfono
-¿Donde estás?
– Me han atacado unos gitanos.
-¿Te han hecho algo? Dime donde estás que voy
– Y, además, se me ha roto el premio.
– Pero, ¿donde coño estás?
– En Zaragoza, picha, en Zaragoza
En ese momento colgué y volví a dormir. Al día siguiente hable con él: sí, estaba perdido. Justo en la esquina del hotel. Y sí, le había pasado todo eso. Se perdió en Zaragoza y fue rescatado por una pareja de gaditanos que le escuchó decir ese pisha tan de aquí. Los gitanos no le atacaron -es más, dudo de que fuesen gitanos- solo le preguntaron que donde iba asi vestido, de tuno, claro. Tal vez si lo hubiera dicho sabría que estaba junto al hotel. Pero no, se asusto y Salió corriendo, y en la carrera rompió un premio a la tuna más divertida, que ha estado expuesto, en dos partes por supuesto, en el bar de nuestra Facultad hasta el cambio de dueño.
Lacueva, el Visir, era así.
